Algunos estudios plantean la posibilidad de que el miedo de hablar en público proviene de la evolución. En el pasado los humanos tenían que juntarse en grupos ya que eran amenazados por grandes depredadores. El separarse de tales grupos podría significar la propia muerte.
Esto puede haber evolucionado hacia el miedo a hablar en público, y tiene cierto sentido, ya que en algunas circunstancias la gente teme que su público los rechace.
Otra teoría afirma que cuando entramos en un estado de ansiedad social, que es común cuando uno habla en público, aumenta nuestra capacidad de captar rostros enojados.
En un estudio científico se midió las respuestas cerebrales de los participantes a imágenes enojadas, felices y neutrales. Para provocar ansiedad, se les dijo a algunos de los participantes que tendrían que dar un discurso. Los participantes ansiosos fueron significativamente más sensibles a las imágenes enojadas que a las imágenes felices o neutrales.
Pero, el resto de los participantes no mostraron el mismo sesgo. Es fácil ver cómo este fenómeno se convierte en un círculo vicioso en el contexto de hablar en público.
Cuando comenzamos a estar nerviosos, no importa cuántas personas estén sonriendo o asintiendo con la cabeza, podemos apuntar a la persona que parece enojada, lo que nos pone aún más nerviosos.
¿Cómo los oradores muestran su miedo?
Las personas nerviosas experimentan palmas sudorosas y boca seca, y a menudo luchan para pronunciar sus palabras. Pero, ¿qué percibe realmente el público y cómo podemos asegurarnos de que parezcamos seguros al hablar? Existen tres indicadores importantes:
Los oradores seguros presentan más pasión
Los oradores más seguros demuestran más de pasión que los oradores nerviosos, lo que significa que su entrega exterioriza el tipo de energía y compromiso que indica que realmente están involucrados en su tema.
Muchos oradores nerviosos tienen dificultades para estar presentes mentalmente en sus discursos. En algunos casos, esencialmente se desmayan mientras hablan o se retiran del escenario. En otros casos, se distraen con las voces en su cabeza preocupadas de haber olvidado qué decir a continuación.
De cualquier manera, es más probable que un orador desconectado haga una presentación que suene de memoria y monótona en comparación con la pasión que un presentador confiado puede demostrar.
Los oradores seguros ofrecen más información
Los oradores seguros se concentran más que los oradores temerosos, lo que significa que se sumergen por debajo de la superficie de los temas que están presentando.
Ello coincide con nuestra intuición, los oradores más seguros se sienten cómodos pensando y discutiendo sus temas en profundidad y, probablemente, son personas que realmente han dominado los conceptos que están discutiendo.
También, un orador nervioso puede olvidarse de la información aprendida o puede dar información equivocada sobre el tema que este tratando en ese momento.
Los oradores seguros son más inclusivos
Los conferenciantes seguros tienen un lenguaje más inclusivo que los oradores nerviosos, lo que significa que están usando palabras colaborativas y pronombres personales para ayudar a la audiencia a sentirse más involucrada en el mensaje.
Los conferenciantes más seguros están orientados a servir a la comunidad. Además, el lenguaje familiar que se usa puede ayudar a los oradores nerviosos a mejorar su confianza y su miedo de a hablar en público.
¿Cómo ser un orador más seguro?
Si está nervioso por un próximo discurso, la mayoría de los entrenadores ofrecerán consejos generales como prepárese, respirar y estirarse para calmar sus nervios o dirán que recuerde que la audiencia está de su lado.
Estas son todas excelentes estrategias, pero los indicadores anteriores ofrecen consejos más específicos. Si está nervioso, canalice esa energía nerviosa para demostrar su pasión por el tema en cuestión mientras comparte sus mejores ideas con su audiencia.
También, hay que asegurarse de incluir los tipos de lenguaje colaborativo que nos ayudarán a nosotros y a nuestros oyentes a sentirnos parte del grupo. Al centrarse en estas estrategias, se convencerá a la audiencia de ser un orador seguro y animoso.