El objetivo de tomar alcohol se forma de la misma manera que cualquier otro objetivo. Está determinado en gran medida por el valor que la persona le da a beber alcohol y las posibilidades esperadas de la persona de poder obtener los beneficios deseados de su uso.
La decisión de beber alcohol depende del valor que la persona atribuya al consumo de alcohol. Ya sea para elevar el estado de ánimo positivo o para aliviar el estado de ánimo negativo junto con la ansiedad.
O tal vez de aumentar la confianza y las expectativas que tenga la misma persona.
Hay que considerar varios elementos que pueden conducir a una mayor motivación para consumir alcohol. Estos elementos influyen en los valores y las expectativas.
Experiencias pasadas
Las experiencias pasadas con el alcohol ayudan a moldear el valor actual de las personas y las expectativas que tienen sobre el consumo de alcohol. Los consumidores de alcohol pueden recordar sus experiencias positivas anteriores con el alcohol, y esto puede aumentar su motivación para beber.
Una experiencia negativa hará lo contrario. La experiencia de las reacciones de descarga de alcohol, por ejemplo enrojecimientos corporales y náuseas, después de la ingestión afecta negativamente el valor de beber alcohol.
La reacción de descarga es más común en las poblaciones asiáticas, pero también puede ocurrir entre otros grupos. Las personas con esta reacción experimentan que beber alcohol es menos placentero que otros, y tienen tasas más bajas de consumo.
Una personalidad impulsiva
Las personas impulsivas eligen constantemente recompensas que estén disponibles de inmediato, a pesar de las consecuencias negativas futuras de esas elecciones. Valorarán el alcohol debido a sus propiedades gratificantes. Los grandes bebedores son más impulsivos que los que beben poco y, en consecuencia, consumen más alcohol.
El estrés
Las personas que experimentan síntomas psicológicos aversivos valoran el consumo de alcohol, ya que ayuda a aliviar sus sentimientos negativos. La bebida elimina, al menos temporalmente, el estrés de la ansiedad.
Las normas sociales
Desde una perspectiva motivacional las normas sociales afectan el valor que las personas otorgan al consumo de alcohol. Las normas sociales son las expectativas de comportamiento dentro de una comunidad. Por ejemplo, en muchas sociedades occidentales, el alcohol se usa en eventos específicos y en horarios regulares, como el viernes por la noche después del trabajo. Dicha norma limita y controla el uso. Además, los estudiantes beben más en los campus que tienen una fuerte cultura de consumo.
El medio ambiente
La exposición a señales relacionadas con el alcohol aumenta el ansia de alcohol y, por lo tanto, el valor de beber. Por otro lado, la influencia financiera, como los impuestos, hace que beber sea menos atractivo, la evidencia muestra que el simple aumento del precio de una bebida alcohólica en un diez por ciento reduce el consumo de alcohol en un siete por ciento.