La regulación emocional es la capacidad de ejercer control sobre el propio estado emocional. Además, esto puede involucrar comportamientos como repensar una situación desafiante para reducir la ira o la ansiedad. También, se puede ocultar signos visibles de tristeza o miedo o enfocarse en razones para sentirse feliz o tranquilo.
¿Cómo controlamos nuestras emociones?
Si bien hay muchas maneras de influir para mejorar el estado emocional de una persona, la regulación emocional a menudo implica lo que los expertos llaman la regulación negativa, o reducción de la intensidad emocional.
De esta manera, una persona afligida podría reducir su tristeza al recordar algo divertido. Además, una persona ansiosa puede luchar distrayendo el pensamiento que le está causando ansiedad.
La regulación emocional también puede incluir la regulación ascendente o amplificada, lo que puede ser útil cuando un peligro o desafío inminente requiere una dosis saludable de ansiedad o emoción.
El modelo de proceso de regulación emocional propuesto por los investigadores enfatizan que las personas pueden actuar para controlar sus emociones en diferentes momentos.
Incluso antes de sentir una emoción (regulación emocional centrada en el antecedente) y después de que ya hayan comenzado a reaccionar emocionalmente. (Regulación de la emoción centrada en la respuesta).
Formas básicas de controlar las emociones
Las 2 amplias categorías de regulación de las emociones son la reevaluación (cambiar la forma en que uno piensa sobre algo que provocó una emoción para cambiar la respuesta) y la supresión, que se ha relacionado con resultados más negativos.
Además, otras estrategias incluyen seleccionar o cambiar una situación para influir en la experiencia emocional, cambiar a lo que uno presta atención y tratar de aceptar las emociones.
Controlar los arrebatos emocionales
Practicar hábitos como la aceptación consciente de las emociones, desviar la atención de la fuente de las emociones negativas o replantear situaciones emocionales (como pensar en una adversidad o error como una oportunidad para aprender)
Esto es muy útil, y un psicólogo capacitado es valioso para mejorar este control emocional.
¿Por qué es importante la regulación emocional?
A diferencia de los niños pequeños, se espera que los adultos puedan manejar sus emociones, especialmente la ansiedad y la ira, de una manera socialmente aceptable.
También, cuando el control emocional falla, las personas a menudo dicen o hacen cosas de las que luego se arrepienten y desearían haber podido controlar sus emociones.
Además, el no poder regular las emociones puede ser un componente de ciertas formas de enfermedad mental. Así, con el tiempo, podría tener un impacto negativo en el bienestar personal y las relaciones sociales.
¿Cuáles son las emociones más difíciles de controlar?
La ira, el resentimiento y la decepción son estados con experiencia universal, las personas pueden trabajar para controlar y mitigar estos sentimientos. Sin embargo, en algunos casos, la falta de una regulación emocional adecuada puede ser un signo de una afección de salud mental como el trastorno límite de la personalidad o la depresión.
Consecuencias de la mala regulación emocional
Existen riesgos indiscutibles de no moderar adecuadamente las emociones como la ira, la ansiedad o el miedo, que son el daño a las relaciones por reacción exagerada, sufrimiento innecesario, oportunidades perdidas que parecían demasiado desalentadoras.
Igualmente, ciertas formas de regulación emocional, también pueden estar asociadas con un menor bienestar y satisfacción con las relaciones.