El ofrecer tu tiempo, dinero o energía para ayudar a otros no solo mejora el mundo, sino que también te hace mejor persona. Los estudios indican que el acto mismo de retribuir a la comunidad aumenta su felicidad, salud y sentido de bienestar.
Ayudar a otros puede ayudarte a vivir más tiempo
Si quieres ampliar tu vida útil, entonces piensa en ayudar regularmente a un comedor de beneficencia o a entrenar a un equipo de futbol en una escuela secundaria en riesgo. La investigación ha demostrado que este tipo de actividades pueden mejorar la salud de manera que pueden prolongar tu vida útil.
Los voluntarios muestran una mejor capacidad para controlar el estrés y evitar enfermedades, así como tasas reducidas de depresión y un mayor sentido de satisfacción con la vida, cuando se realizaron sobre una base regular.
Esto podría deberse a que el voluntariado alivia la soledad y mejora nuestras vidas sociales, factores que pueden afectar significativamente nuestra salud a largo plazo.
El altruismo es contagioso
Cuando una persona realiza una buena acción, provoca una reacción en cadena de otros actos altruistas. Un estudio encontró que las personas tienen más probabilidades de realizar acciones de generosidad después de observar que otro hace lo mismo. Este efecto puede afectar a toda la comunidad, inspirando a docenas de personas a marcar la diferencia.
Ayudar a otros nos hace felices
Un equipo de investigadores estudió a dos mil personas durante un período de cinco años y descubrieron que las personas que se describían a sí mismas como muy felices, se ofrecían como voluntarios al menos seis horas por mes.
sta mayor sensación de bienestar podría ser el producto de ser más activo físicamente como resultado del voluntariado, o porque nos hace más activos socialmente.
os investigadores también piensan que devolver puede dar a los individuos un impulso mental al proporcionarles un sentido neuroquímico de recompensa.
Ayudar a otros puede ayudar con el dolor crónico
Según un estudio, las personas que sufrían de dolor crónico intentaron trabajar como pares voluntarios. Como resultado, experimentaron una reducción en sus propios síntomas.
Ayudar a otros nos da un sentido de propósito y satisfacción
Los estudios demuestran que el voluntariado mejora el sentido general de propósito e identidad de un individuo, particularmente si ya no tiene un papel que define la vida como trabajador o como padre.
Ayudar a los demás baja la presión arterial
Si está en riesgo de tener problemas cardíacos, su médico probablemente le ha dicho que reduzca la cantidad de carne roja o las horas en su trabajo estresante.
Sin embargo, también debe considerar agregar algo a su rutina, como un horario regular de voluntariado.
Una investigación mostró que las personas mayores que se ofrecieron como voluntarias durante al menos doscientas horas al año redujeron su riesgo de hipertensión en un enorme cuarenta por ciento.
Esto podría deberse a que se les proporcionaron más oportunidades sociales, que ayudan a aliviar la soledad y el estrés que a menudo lo acompaña.